martes, 22 de febrero de 2011

Dulce, Dulcísima cotidianidad

He sentido el innegable deseo de lanzarme al precipicio de lo absurdo, de quedar atrapada en la trivial perpetuidad del mecanismo. A mantenerme aquí, estática, mirando sin emoción alguna el devenir de causas y efectos que me rodean.
He sentido el increíble afán de permanecer como un mal espectador, simplemente mirando, sin prestar atención, sin comprender simbolismos, ideales ni palabras. Quizás para evitar la ráfaga de la realidad lanzando alaridos y tirándome al suelo, quizás para no experimentar un despertar desilusorio al hipocritismo de la realidad y la vida cotidiana, o para no mezclar deseos y sentimientos en una vida y un destino incontrolables.
 El vacio frente a mi me intriga, me atrae, es no presentar resistencia ni lucha, simplemente dejarse caer, sin la desesperación de lo perdido ni con la euforia de lo ganado, porque nada se gana ni se pierde , nada se crea si solo se es un pobre espectador.
He sentido el venir y devenir de deseos que no se concretan nunca y que sin embargo permanecen, intachables, innegables y con una furia incapaz de sosegar ni siquiera con la cordura de quienes dicen que estoy loca. He estado a punto una y mil veces de decir: pues vámonos a la chingada, así, sin pena ni gloria. Un sinfín de momentos vacíos, perdidos, muertos me han gritado como eco: eres una psicópata, el escombro de lo que deberías ser y sin embargo no eres porque no te da la gana.
He pensado que quizá ya no hay rumbo ni camino ni destino, que el único modo de sobrevivir en esta realidad, es permanecer en silencio.

Una colaboración de Nelly García y Grecia Barrera

jueves, 17 de febrero de 2011

Mi México

Mi México, un lugar que abre sus puertas a todo lo que no sea mexicano. Donde desde chiquitos se nos enseña a no soñar, a dejar de creer, en el que uno crece a sabiendas de que estamos jodidos… Donde nuestro lema es: El que no tranza, no avanza.
Una nación con deudas, con problemas sociales, políticos, económicos y de todo tipo, en el que nadie se preocupa por nadie, donde caminar por la calle es un reto.
Un país con sexenios pésimos y otros peores, donde presidentes se equivocan e intentan solucionar sus errores pidiendo perdón llorando en cadena nacional; con ochenta partidos políticos que sirven pa’ lo mismo: pa’ nada.
Mi México, zona de machos, aunque muchos opinen lo contrario, de gente futbolera, creyente de la Selección Mexicana, de los Reyes Magos y de la Virgen de Guadalupe. Tierra de caos, de gente que se va y gente que se queda por que no tiene de otra.
Lugar del No se puede. Que si quieres ser periodista: -Uy no, mija, aquí, el que es periodista o se corrompe, o se muere de hambre, o de plano lo matan. Que si quieres ser actriz eres puta y si quieres ser bailarín eres puto.
Contaminación, tráfico, inseguridad. Cinturón de contrastes: tenemos a los muy muy ricos y a los muy muy pobres. Medios de comunicación manipulados y medios de comunicación honestos y censurados. Mujeres que se matan trabajando y mujeres que matan por ser mujeres.
Y aún así…
Mi México, un lugar de gente honesta, de gente que trabaja. De jóvenes, niños y adultos que van poniendo su granito de arena para construir un país mejor. Tierra de los aztecas, de Jaime Sabines y José Guadalupe Posada, de gente talentosa y apasionada.
Zona de ríos, bosques, desierto, selva, de tradiciones y de identidad. De ciudades para cada estado de ánimo y para todos los gustos.

¿Que si creo en México? Sí, sí creo. Y me encuentro profundamente orgullosa de ser mexicana, porque de aquí son mis padres, mis abuelos, aquí crecí y aquí quiero provocar un cambio.
Todavía tengo sueños y conozco mucha gente que también los tiene, y sé que de uno en uno podemos armar una gran fila.
Nada de sentimentalismos absurdos por el Bicentenario de una Independencia ficticia y el Centenario de una Revolución a medias, nada de sentimentalismos con casos de la vida real y Paulette.
Estamos aquí para hacer una historia nueva cada día, para renovarnos, para encontrar el México que muchos queremos.

Grecia Barrera

viernes, 11 de febrero de 2011

Love

Love is a feeling that takes over your mind, heart, and soul without notice
Its nature is that of a traveler.
It is wanted by many and only preserved by few.
It is not easily found nor is it easily identified.

Love has a doctorate in the arts of camouflage.
It wonders around with full freedom
It’s tricky, playful, and adventurous
It loves to fool those who claim to be immune to its wonders.

Love is a rebellious creature.
It knows no barriers
It respects no rules
It is a mystery meant to be left unresolved.

Love cannot be forced for its complexity makes it spontaneous.
It is a combination of suffering and happiness
It carries both the virus and the cure; for it can cure a broken heart as it can easily shred another.
Love is said to be a feeling, an emotion, and a state of mind.
But even then
Love cannot be fully defined

Ivette Karina Jacome

jueves, 10 de febrero de 2011

Esperandote

Yo de verdad que creía que no volvería a sucederme. Es decir, ya no tengo 15 años y esto de parecer adolescente precoz, nerviosa por la llegada del que bien podría ser el amor de su vida, ya no me viene bien.
Son las 8:34 am y puede decirse que llevo una hora al pendiente de la aparición de ese ser que, para que negarlo, me ha venido quitando el hambre y el sueño los últimos meses de mi vida. Es un poco pronto, es cierto, pero bueno, que nadie me ha dado a escoger.
Seguramente, ahora vendrá a su mente la misma pregunta de todo el que nos ve: ¿será su novio? Siento decirles que esa respuesta no la tengo. Quizá para algunos, como para mi buena amiga, somos más novios que muchos de los que lo son de título y forma, pero quizá para otros no somos más que un par de jóvenes locos y modernos que pasan juntos un rato de sus vidas.
Como sea, no me importa mucho, por lo menos no hasta ahora. Tengo que reconocer que con el paso de los días, la situación se vuelve más complicada por no saber qué somos y cuáles son los límites entre lo que podemos pedir, exigir, dar o esperar y lo que no. ¿Qué si lo quiero? Por supuesto que sí, no lo dudo ni por tantito, sin embargo al final ha resultado que las relaciones abiertas si son para puros valientes y absolutamente desinteresados. Justo esta premisa me llevó a hacer la confesión más extraordinaria e inesperada que ha salido de mi boca: no soy tan open mind. Sí, así como está escrito, quizá lo fui antes pero parece que ya no. Hecho que me asusta, para ser sincera, porque eso significa una de dos: o que me estoy volviendo un adulto serio o que lo quiero bastantito. Por dónde lo vean, el resultado es que yo ya estoy jodida, y jodida en el buen sentido porque sea lo que sea, estar con él, me hace profundamente feliz.
Y bueno, ahora son las 8:46, de sus luces, nada. Todo ha sido un terrible y desafortunado problema de comunicación, pues andando él sin teléfono celular, me ha pedido anoche, vía twitter, mi número y que lo acompañe a no sé dónde… me lo ha pedido cuando ya me he dormido y lo único que he podido hacer es responderle hasta hoy a las 5 de la mañana con la esperanza de que lo viera. Parece que no ha sido así porque él hubiera estado por acá desde 7 y media. Es exactamente, y para que quede perfectamente bien entendido, uno de esos momentos en que lo único que pasa por mi mente es: ¡Me lleva la chingada, ¿por qué coño me quedé dormida?!
Ni modo, a esperar una semana más en que pueda volver a verlo, una semana más en el mejor de los casos, y si no, pues que la vida nos sorprenda. Ojalá no sea tan manchada la vida porque así como ahora espero desde hace una hora y media, voy a esperar el tiempo que sea necesario para volver a ver esos ojos que me hacen sentir que no necesito nada más.

Grecia Barrera

Todas tenemos algo que decir




Recibí una invitación de una señora querida amiga mía para escribir en este blog, en palabras de Grecia: “queremos mujeres que tengan algo que decir…”
Siempre he creído que totas las mujeres tenemos algo que decir, somos educadas para decir algo, para reconfortar, para sonreír, para empatizar, para hacer la vida de quienes nos rodean más llevaderas; las mujeres hablamos por Naturaleza, con palabras a veces, pero siempre con las manos, con los gestos, con los pasos a veces firmes y a veces no tanto que nos llevan a nosotras mismas.
Así mi abuela siempre sabía que decir “las palabras justas, las exactas”  mi abuela que todo lo observaba, que todo lo sabía. Reconocía a cada miembro de su estilpe por el solo sonido de sus pasos, sabía de la vida, de la muerte, de cocina, de amor, de tristeza pero sobre todo de la vida.
Luego Vanesa, la pequeña hija de una de mis mejores amigas, siempre tiene algo que contar –Fíjate Tania, que en la escuela me han puesto a hacer equipos con mis compañeros, no me gusta trabajar en equipo… porque los niños no trabajan nos dejan hacerlo todo a nosotras.  Y mi amiga Diana ya tiene novio, yo le digo, ¿Cómo puedes besarlo? ¡Qué asco!-
Mi madre hablaba poco, pero vaya que tenía que decir; con ojos grandes a todo juzgaba, escudriñaba para entender, soltaba de pronto carcajadas burlonas ante las malas jugadas de la vida, se encargo de gritar ante las injusticias pero sobre todo de hacer algo al respecto, no hubo mutis que la contuviera.
Mis maestras que han sido muchas, han tenido  todas una voz cuadrafónica, mujeres hechas en horas de clase entre aulas y muchachos desgarbados, entre lecciones y risas, entre pasillos con cigarrillos que contienen charlas y enseñanzas mas grandes que las materias que imparten, profesoras que se desmenuzan al pasar por las butacas dejando un poco de su vida en cada chico que las recuerda.
Mis alumnas, que son hermosas todas… inicios aguardando, jovencitas que todo lo dicen con un hola, chicas que esperan apenas un cuestionamiento para decirse. Hablan de todo menos la clase; logran compartirse, son el recaudo de sus familias, están aprendiendo quienes son, como son.
Lo mismo la señora de las tortillas, que una taxista que me lleva a casa o la cajera que me atiende en el banco, todas tenemos algo que decir, porque tiene que ver con nuestra vida, con la forma en cómo vemos el mundo, con como otras mujeres a lo largo del tiempo también han hablado con nosotras.
Al final todas tenemos algo que decir… todas necesitamos expresarnos, transmitimos con nuestra voz y con nuestra conciencia, verbalmente mujeres somos.

Tania Martínez

viernes, 4 de febrero de 2011

No sé poner títulos

Es curioso como determinados momentos de mi vida han pasado desapercibidos, externos, sin que haya tomado conciencia de su verdadero significado. No logré comprender que esos momentos  fueron un parte aguas, la disección de un camino, que significaron mucho más que una simple rebanada de cotidianidad.
No recuerdo el instante ni la razón por la cual comencé a leer, el inicio de uno de los grandes placeres de mi vida, una afición que raya en la enfermiza necesidad. No recuerdo cuándo la literatura se convirtió en mi interior en un motivo de catarsis, de un renacer continuo.
No sé cuando comenzó a ser para mí un glosario de razones para vivir, de lo que sí puedo estar segura hoy, ahora es que un libro, una carta, un poema para mí significa mucho más que papel y letras, son los ideales de un soñador, los pensamientos de un amigo, la vida y memorias de un igual.
Creo en la literatura como catalizadora de paz, de cambio, de sueños, de alternativas caprichosas y utópicas a una realidad con la que no estamos de acuerdo.
Nelly García



jueves, 3 de febrero de 2011

The Piercing of a Soul


     Oh God! Another text message! Do people ever sleep in this world? I wonder that every sleepless night as I lay in my bed at 2:30 a.m receiving text messages, unable to fall asleep. Perhaps it’s the stress that’s preventing me to fall asleep, or it might just be the anxiety rushing through my veins at the thought of what I will be doing tomorrow. Yeah, that must be it. All the twisting and turning on my bed must be a sign that I really shouldn’t do something that I’m not sure of. But now isn’t the time think about it. My mind is set and there is no human power that will prevent me from doing what I have set in mind. Well, except maybe for my mom’s supernatural powers over the world. But you know what? Even she won’t be able to stop me. Perhaps if she knew what I plan to do tomorrow, she would undoubtedly stop me. To my advantage, she doesn’t and neither will she be finding out. At least not soon, I hope.
 
     I turn to the other side of my bed. I figure I should fall asleep any time soon. Either that, or the darkness in here will drive me crazier! Everyone in the room is now fast asleep, everyone except me. My grandma suddenly comes into the room and asks me if I’m fine. I don’t want to worry her. The pain behind her smile and the long roads marked on her soft face are enough evidence that she is tired. Coincidentally, she can’t sleep either and she invites me to join her with a cup of hot chocolate. I am more than delighted. We walk down the dark living room trying not to stumble with anything. We reach the door and as we get out, we make sure the door is locked before making our way to the kitchen. The kitchen is spacious welcoming all with a distinguishable scent of coffee. We make hot chocolate and we sit to have a talk, just like we did every day. As we make our way back, everything is pitch black. I almost get the sense of being in a closed box that has a small light bulb hanging. We are about five feet close to the door when suddenly time seemed to freeze. At that very moment, my grandma turned towards me and looked me into the eyes and softly said “I love you”. She leaned over to give me a hug and I felt her coming close to me. I could almost feel the warmth produced by her frail body and I could almost hear her heart beat. I closed my eyes as she was going to embrace me and right when her skin was about to touch my skin, she “Good morning New York! Today is June 30TH and temperatures will be rising! Asi es, so todas mis chicas lindas, take them shorts out of those closets! We got you with the best music here in la Mega 97.9!” I hear some song on the radio but I just turn my alarm off. I look at the time and realize that I have but only one hour and a half to get ready and meet with my boyfriend. Yes, today is the day! I feel the excitement all over my body. I take a shower as fast as possible trying to avoid writing small messages on the steamed mirror. I get dressed with something that will definitely cover my neck. Then I decide that maybe that’s not such a good idea. I take it off and wear a strapless shirt, making sure my neck is entirely free. I fix myself a little more, put my hair in a ponytail and run out of the house. 
I
     I enter the train with some sort of insecurity. My nails are barely visible from all the biting I did. I am well aware that I am only seconds away from reaching Roosevelt Avenue. I see my boyfriend waiting for me. At this point we are both eager to proceed with the plan. We walk down the avenue feeling stares of unknown people, mostly spanish. I almost get the impression of being hated by some of these people. But it can’t be; I don’t even know them!
We reach our destination. An old building in the middle of the busiest avenue. I see the “artwork” that has been splattered on the outside of this building recently. The door isn’t quite the biggest and the stairs aren’t quite the widest. As we walk up the stairs, a man bumps into us with great force. His muscular, tatooed arms make him feel intimidating and powerful. “Watch it ass holes!” he said. We continued up the 2nd floor where we approached the main desk. The guy looked somewhat friendly. But friendly as he was, I was unable to convince him that yes, I was old enough to get my neck pierced.


Betsy Michaca