Mi México, un lugar que abre sus puertas a todo lo que no sea mexicano. Donde desde chiquitos se nos enseña a no soñar, a dejar de creer, en el que uno crece a sabiendas de que estamos jodidos… Donde nuestro lema es: El que no tranza, no avanza.
Una nación con deudas, con problemas sociales, políticos, económicos y de todo tipo, en el que nadie se preocupa por nadie, donde caminar por la calle es un reto.
Un país con sexenios pésimos y otros peores, donde presidentes se equivocan e intentan solucionar sus errores pidiendo perdón llorando en cadena nacional; con ochenta partidos políticos que sirven pa’ lo mismo: pa’ nada.
Mi México, zona de machos, aunque muchos opinen lo contrario, de gente futbolera, creyente de la Selección Mexicana, de los Reyes Magos y de la Virgen de Guadalupe. Tierra de caos, de gente que se va y gente que se queda por que no tiene de otra.
Lugar del No se puede. Que si quieres ser periodista: -Uy no, mija, aquí, el que es periodista o se corrompe, o se muere de hambre, o de plano lo matan. Que si quieres ser actriz eres puta y si quieres ser bailarín eres puto.
Contaminación, tráfico, inseguridad. Cinturón de contrastes: tenemos a los muy muy ricos y a los muy muy pobres. Medios de comunicación manipulados y medios de comunicación honestos y censurados. Mujeres que se matan trabajando y mujeres que matan por ser mujeres.
Y aún así…
Mi México, un lugar de gente honesta, de gente que trabaja. De jóvenes, niños y adultos que van poniendo su granito de arena para construir un país mejor. Tierra de los aztecas, de Jaime Sabines y José Guadalupe Posada, de gente talentosa y apasionada.
Zona de ríos, bosques, desierto, selva, de tradiciones y de identidad. De ciudades para cada estado de ánimo y para todos los gustos.
¿Que si creo en México? Sí, sí creo. Y me encuentro profundamente orgullosa de ser mexicana, porque de aquí son mis padres, mis abuelos, aquí crecí y aquí quiero provocar un cambio.
Todavía tengo sueños y conozco mucha gente que también los tiene, y sé que de uno en uno podemos armar una gran fila.
Nada de sentimentalismos absurdos por el Bicentenario de una Independencia ficticia y el Centenario de una Revolución a medias, nada de sentimentalismos con casos de la vida real y Paulette.
Estamos aquí para hacer una historia nueva cada día, para renovarnos, para encontrar el México que muchos queremos.
Una nación con deudas, con problemas sociales, políticos, económicos y de todo tipo, en el que nadie se preocupa por nadie, donde caminar por la calle es un reto.
Un país con sexenios pésimos y otros peores, donde presidentes se equivocan e intentan solucionar sus errores pidiendo perdón llorando en cadena nacional; con ochenta partidos políticos que sirven pa’ lo mismo: pa’ nada.
Mi México, zona de machos, aunque muchos opinen lo contrario, de gente futbolera, creyente de la Selección Mexicana, de los Reyes Magos y de la Virgen de Guadalupe. Tierra de caos, de gente que se va y gente que se queda por que no tiene de otra.
Lugar del No se puede. Que si quieres ser periodista: -Uy no, mija, aquí, el que es periodista o se corrompe, o se muere de hambre, o de plano lo matan. Que si quieres ser actriz eres puta y si quieres ser bailarín eres puto.
Contaminación, tráfico, inseguridad. Cinturón de contrastes: tenemos a los muy muy ricos y a los muy muy pobres. Medios de comunicación manipulados y medios de comunicación honestos y censurados. Mujeres que se matan trabajando y mujeres que matan por ser mujeres.
Y aún así…
Mi México, un lugar de gente honesta, de gente que trabaja. De jóvenes, niños y adultos que van poniendo su granito de arena para construir un país mejor. Tierra de los aztecas, de Jaime Sabines y José Guadalupe Posada, de gente talentosa y apasionada.
Zona de ríos, bosques, desierto, selva, de tradiciones y de identidad. De ciudades para cada estado de ánimo y para todos los gustos.
¿Que si creo en México? Sí, sí creo. Y me encuentro profundamente orgullosa de ser mexicana, porque de aquí son mis padres, mis abuelos, aquí crecí y aquí quiero provocar un cambio.
Todavía tengo sueños y conozco mucha gente que también los tiene, y sé que de uno en uno podemos armar una gran fila.
Nada de sentimentalismos absurdos por el Bicentenario de una Independencia ficticia y el Centenario de una Revolución a medias, nada de sentimentalismos con casos de la vida real y Paulette.
Estamos aquí para hacer una historia nueva cada día, para renovarnos, para encontrar el México que muchos queremos.
Grecia Barrera
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